Río Abajo

Gazpacho americano.

JOSÉ LUIS BORAU

Leopold Masterville

4/7/20256 min read

La historia nos sitúa en la frontera estadounidense con México. Chuck y Jonathan son dos amigos que han abandonado su pueblo natal para alistarse como guardias fronterizos, creyendo que Bryant (David Carradine), el tío de Chuck, forma parte del cuerpo. Sin embargo, al llegar descubren que Bryant ha abandonado la ley y ahora se dedica a pasar a inmigrantes ilegales a EEUU. Su principal perseguidor es Mitch, un antiguo compañero que odia a los Mexicanos, a Carradine y a la madre que le parió.

El joven Chuck encuentra a su tío en el Club Papillon, donde conoce a Engracia (Victoria Abril), una prostituta mexicana de la que se enamora y que intentará hacerla pasar a través de la frontera. A partir de aquí, se articula una especie de triángulo amoroso entre Chuck, Victoria Abril y Mitch (el policía), que coge el testigo del protagonismo que Carradine abandona.

Todo esto, que así contado parece un lío, Borau lo pone en escena con soltura y de forma clara, articulando un relato melodramático que no se vuelve lacrimógeno ni lastimero.

Aunque no deja de ser un alegato de un mundo sin fronteras y nunca deja de estar claro quienes son los buenos y quienes son los malos, Río Abajo es justa con sus personajes, y la narrativa no se ve empañada por el mensaje que quiere lanzar.

Creo que esto es conseguido, en gran medida, gracias a las interpretaciones.

Mitch está interpretado por Scott Wilson, nombre que no sonará mucho, pero es un actor con un inmenso recorrido (Hostiles, The Walking Dead, El último Samurai, El Exorcista III…). Wilson es el MPV de la película: su personaje es un policía que representa esa América rencorosa y mezquina, se le podría encasillar como el “poli malo”, es alguien rencoroso, agresivo y putero. Pero Wilson sabe ponerse en la piel del personaje, interpretarlo con respeto y darle humanidad. Sin lugar a dudas, se adueña de la película.

Victoria Abril también da una interpretación magnífica. Es un personaje difícil, muy de género, pero ella le sabe dar su carácter, su alegría y su pena.

Tengo menos alabanzas para Chuck, interpretado por un desconocido Jeff Delger, que nunca hizo carrera ni en cine ni televisión. Da el tipo: es rubio, alto, guapo y con esa tonta energía juvenil que el personaje requiere. No es un gran actor y por algún motivo está doblado, incluso en la versión en inglés. Una decisión incomprensible que hace que todos estén en un registro y, de pronto, Delger esté en otro totalmente distinto, y en cierto modo, peor.

¿Tan mal actuaba este hombre? ¿O era cosa del sonido directo? Quizás a José Luis Borau no le parecía tan mala decisión, imagino que en aquellos años estaban más acostumbrados a este tipo de parches, pero visto ahora le da aire barato, como si hubieran rodado con un actor español y luego un americano le hubiera prestado la voz.

A pesar de sus aciertos, Río Abajo no termina de ser redonda. Sin duda, es una película interesante, con una historia potente llena de emociones y personajes memorables, pero tal vez le falta entregarse al melodrama por completo. El estilo seco y parco, sin músicas ni grandes planos, la ponen en un terreno extraño, en el que la propuesta es interesante pero no termina de ser atractiva.

El ciclo que Filmoteca Española está haciendo en honor a José Luis Borau me ha llevado hasta Río Abajo, película dirigida por el propio Borau en 1984.

La propuesta es intrigante: una película rodada en inglés con David Carradine y Victoria Abril. El póster solo mejora las cosas: Carradine, con el agua hasta el cuello, con un sombrero en la cabeza y un revólver en alto. Todo parece apuntar a algún sucedáneo tardío del Spaghetti Western, pero nada más lejos de la realidad.

Río Abajo es un drama, situado en el presente de la época, sobre la inmigración ilegal entre la frontera de México y Estados Unidos. Además, aunque Carradine encabeza el cartel y los créditos iniciales, es más un secundario de lujo con apenas tiene cinco o seis escenas.

Poster español de la película

Es un proyecto raro, no he encontrado información concreta sobre si fue todo iniciativa de Borau o fue un guion que le llegó y decidió dirigir, aunque el gusto que tenía Boaru por mezclar culturas, países e idiomas en sus películas me hace pensar que sería cosa suya.

Fue una coproducción entre España y Estados Unidos, aunque la llegada a Reagan a la presidencia congeló las ayudas a las productoras, dejando la parte americana en un papel testimonial. Rodada en inglés y con un equipo íntegramente americano, a excepción de Borau y Victoria Abril, toda una anomalía en aquellos años.

El rodaje fue largo y complicado: cuatro años de intermitencias debido a la falta de dinero, problemas técnicos, lluvias torrenciales o contratiempos con el equipo. Estuvo lleno de anécdotas pintorescas, como una intoxicación masiva del equipo por comer serpiente de cascabel, robo del material o interrogatorios a los actores por parte de la policía.

El caso es que la película se estrenó y a todas luces pasó sin pena ni gloria.

Y me parece normal, a pesar de haber sido una producción cara (seiscientos millones de pesetas, catorce millones de euros actuales), no es una película resultona en absoluto. Exceptuando alguna escena de acción, es una película pausada, muy de personajes, que se acerca más a un estilo europeo que al efectismo americano.

Portada americana de VHS, haciéndola parecer un producto de acción genérico.

Visto en perspectiva, seguramente en el 84 esto sería un soplo de aire fresco en el panorama del cine americano. Eran años en los que el cine estadounidense pasaba por un momento de fiebre comercial. Fue la década en la que las películas definitivamente pasaron a ser productos, y las empresas que las hacían, un activo más en el catálogo de los inversores de Wall Street. Sin ir más lejos, Columbia Pictures fue adquirida por el conglomerado Coca-Cola Company. Las decisiones creativas estuvieran condicionadas por la búsqueda de beneficios inmediatos y el resultado fueron interminables sagas con secuelas cada vez más pobres, películas derivativas con poco fondo y poca libertad creativa para los autores.

En este contexto una mirada como la de Borau imagino que impactaría a los espectadores estadounidenses, que irían a verla esperando un producto de acción. Su enfoque contenido, su interés por la realidad social, sus personajes con claroscuros y su afán por desenmascarar la hipocresía americana hacen de Río Abajo un candidato perfecto para ser una especie de clásico, de esos que tienen un éxito moderado y años más tarde son llamados ‘de culto’.

Tal vez la distribución americana fue escasa y no estuvo a la altura, con los pocos datos que hay en la película, es difícil saber si tuvo un estreno amplio en EEUU o fue un producto más destinado a salas españolas. Tal vez, simplemente, le faltó un poco de sal a este gazpacho americano, esa sal que Furtivos tiene a montones.

Quien sabe.

El caso es que esta es la película que tenemos y podemos disfrutarla en Flix-olé.

Lo mejor: Scott Wilson

Lo peor: Jeff Delger

Te gustará si te gustó: "La frontera" (1982) Dir. Tony Richardson.

Nota

Carradine, siendo encontrado por su sobrino en el club Papillon.