Por Donde Pasa El Silencio

Correcto debut que no va a más.

SAN SEBASTIÁN 72

Rosa Azul

10/20/20242 min read

Vi esta película en el festival de San Sebastián, dentro de la sección New Directors, en el Kursaal 2, y, sinceramente, no puedo decir que haya gustado. Aunque reconozco algunos aspectos positivos, como la ambientación y el trabajo actoral, especialmente en la dinámica entre los dos hermanos protagonistas, la película tiene problemas que me impidieron disfrutarla del todo.

Uno de los puntos que más me frustró fue la sensación de estancamiento en la historia. Desde los primeros minutos, la trama parece prometer un desarrollo profundo, pero a medida que avanzaba, me di cuenta de que ese desarrollo nunca llega realmente. La historia simplemente no avanza con la fluidez que esperaba, y hay un momento en que todo comienza a sentirse repetitivo. Las escenas se suceden sin que parezca haber un verdadero progreso en el relato o en la evolución de los personajes, como si el guion se quedara atrapado en un mismo ciclo.

Dicho esto, hay que reconocer el gran acierto en cuanto al naturalismo de la película. Sandra Romero logra un realismo que envuelve al espectador, una atmósfera muy bien conseguida que nos sumerge en la vida de estos personajes. Es fácil empatizar con las situaciones que se retratan, precisamente porque el entorno y las interacciones entre los protagonistas se sienten auténticos y cotidianos. Sin embargo, este logro técnico no compensa por completo la falta de dinamismo narrativo.

El punto más fuerte, sin duda, son las actuaciones, en especial la relación entre los hermanos. Los actores logran transmitir una conexión creíble y profunda, con momentos de verdadera ternura y también de tensión. Sus diálogos, aunque a veces se sienten demasiado repetitivos, reflejan la carga emocional que ambos personajes llevan consigo. Es una lástima que este talento interpretativo no se vea mejor aprovechado en una narrativa que les diera más espacio para evolucionar.

En resumen, Por dónde pasa el silencio tiene una dirección sensible y una atmósfera bien lograda, pero el guion no termina de despegar. A pesar del buen trabajo actoral, especialmente en la dinámica fraternal, la película se pierde en la repetición de situaciones, haciendo que el interés se diluya. Para aquellos que busquen una historia con más ritmo y evolución, quizás no sea la mejor opción, aunque aquellos interesados en un estilo más contemplativo y realista puedan encontrar en ella algo más de valor.

Lo mejor: Mona Martínez haciendo de madre. Una de las actrices españolas más singulares.

Lo peor: El estancamiento de la historia.

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Nota: