Nosferatu

Sucumbir a la oscuridad

ESTRENOS

Rosa Azul

12/2/20244 min read

Esta vez, a petición de mis compañeros critikones, voy a intentar no irme tanto por las ramas. Cosa que si haré en un próximo articulo en el que analizaré y compararé este Nosferatu con el de 1922.

Solo puedo decir que esperaba el estreno de esta película como si fuese mi evento canónico del año. Robert Eggers es sin duda, y de lejos, el director contemporáneo que más me interesa y mis expectativas ante su versión de Nosferatu eran altas.

Robert Eggers se dio a conocer en 2015 con "The VVitch", y desde entonces ha desarrollado una filmografía de autor que funciona bien en taquilla. Con 9 años Eggers vio "Nosferatu", la película de 1922 dirigida por F.W. Murnau y desde el 2015 ha tratado de levantar su propia versión de la película expresionista.

Hoy, prácticamente 10 años después, lo ha conseguido.

Fiel a su predecesora deja claro el respeto por la misma, los personajes son los mismos, la localización y la historia en si, añadiendo ciertos cambios para potenciar la historia, pero sin alejarse de esta. Mantiene la misma trama, pero da más peso al matrimonio Harding, amigos de la pareja protagonista, que funcionan como reflejo de la incredulidad de la sociedad moderna ante aquellas cosas que no podemos comprender. Y también se da más peso al profesor ocultista, análogo de Van Helsing, interpretado por Willem Dafoe y que es la primera persona que cree al personaje de Ellen, el cual, es el gran cambio con respecto a la película de Murnau.

En esta ocasión, ella es el centro de la historia desde el inicio. De hecho, es ella quien invoca al vampiro en un momento de debilidad, fruto de la contención de lo que en el Siglo XIX era considerado "histeria sexual femenina" (En lo que profundizaré en el artículo.) Y es que, a diferencia de su predecesora, en esta película Ellen tiene peso en la trama desde el inicio, haciendo que tenga más sentido el momento en el que ella salva a la población de Wisborg, ya que en la película de Murnau parece más un deus ex machina que un final redentor, pues Ellen no tiene importancia en la historia hasta el tercer tercio de la misma.

Lily-Rose Depp (Hija de Johnny Depp), que es quien interpreta a Ellen, no solo ofrece la mejor actuación de la película, sino una de las mejores actuaciones femeninas de todo el año. Tras trabajar con una profesora de baile japonés, todo el trabajo físico que despliega en las posesiones es más que notable. También son buenas las actuaciones de Willem Dafoe, que se pasea por la pantalla como Pedro por su casa, y las de unos no muy promocionados Ralph Ineson (Dr. Sievers) y Simon McBurney (Herr Knock). Eso si, no están a la altura ninguno de los componentes del matrimonio Harding (Aaron Taylor-Johnson y Emma Corrin) Ni el propio Hutter, interpretado por un poco más que suficiente Nicholas Hoult.

Destaca la ambientación y la atención por los detalles. Un trabajo de maquillaje, vestuario y arte que seguramente será recompensado por premios. Del mismo modo, no defraudan los diálogos pomposos y operísticos de Eggers, que más que adecuarse a una película de 2024 parece que están sacados de una de las leyendas de Bécquer, y eso, es un enorme placer para mi.

Del mismo modo, heredando las decisiones que tomó Coppola con su "Drácula, de Bram Stocker" de 1992, Eggers nos confunde espacialmente en los momentos en los que entra el fantástico en escena. Además, aporta su marca personal de planos largos con movimiento interno en escenas más naturalistas, condensando en ocasiones una misma escena en un solo plano.

Evidentes son las referencias y el empleo de elementos extraídos directamente de la versión de Murnau, como el uso de las sombras y la simbología ocultista, la cual abunda en la película para deleite de aquellos que amamos la primera.

Eso sí, una gran mancha negativa de la película es el guion en lo que respecta al avance del mismo. Del igual modo que ocurría de forma continua en su anterior trabajo; "The Northman" (2022), en este también falla en poner las cosas muy fáciles a los personajes, haciendo que las soluciones le caigan del cielo, evidenciando estas en diálogos explicativos. Lo cual en ocasiones se justifica, pero no siempre.

Y para el final, dejo el tema del propio Conde Orlok, o Nosferatu. De nuevo, grandes decisiones con respecto a su puesta en escena, dejando un aura de misticismo y misterio alrededor de su aspecto, mostrando solo fragmentos de Nosferatu en varias ocasiones. Y es que este vampiro se acerca más que ningún otro a lo que debería representar un ser así; No es un galán inglés, ni una rata-murciélago, es en cambio, un cadáver podrido de un cosaco transilvano, respetando la estética de como sería un noble transilvano de siglos atrás. No se reconoce a Bill Skasgard bajo la piel de Nosferatu, pero destaca su trabajo, sobre todo vocal, ya que trabajó con un cantante de ópera para bajar una octava su voz y así conseguir un tono más grave, más terrorífico.

En fin, que puedo decir, me ha encantado a pesar de sus defectos, que por supuesto los tiene, pero no puedo hacer otra cosa que sucumbir a la oscuridad de esta historia; Siglo XIX, Romanticismo, vampiros, ocultismo y represión sexual... ¿Qué más se le puede pedir a la vida?

Lo mejor: Su atmosfera.

Lo Peor: Pasar por alto partes del guion, no dándole la importancia que merecen ciertos avances en la trama.

Te gustará si te gustó: "The Woman in Black" (2012) Dir. James Watkins.

Nota: