Juror Nº2

Eastwood se despide con un más que digno trabajo

ESTRENOS

Rosa Azul

12/1/20245 min read

En el año 2008, en el festival de Cannes, el cineasta portugués Manoel de Oliveira dio una charla en la que habló de su trayectoria. En ese momento Manoel había cumplido ya los 99 años, cabe destacar que vivió hasta los 106 y que fue uno de los pocos directores en estrenar una película cumplidos ya los 100 años.

Hace ya casi una década desde que Manoel de Oliveira nos dejó, pero no el asistente a la charla que dio en Cannes que se encontraba en primera fila, veterano también, pero escuchando con el interés de un recién graduado, buscando aprender más. Ese asistente no es otro que Clint Eastwood, que con más vitalidad que nunca, regresa a los cines con 94 años para entregarnos su nueva película, “Jurado Número 2”.

En los anteriores párrafos hemos hablado de distintas edades, de personas fallecidas y personas ancianas. Cifras como 90 años o 100… pero imaginad una cifra que no se pueda contar, algo que dure hasta el fin de tus días y que solo sea numerable una vez tu fallezcas. Es decir, una cadena perpetua. Pues eso es lo que está en juego en esta película judicial.

Para poner en contexto, y evitando hacer spoilers (lo que cuento aquí aparece en el tráiler), la trama comienza por el personaje interpretado por Nicholas Hoult, que por cierto, vaya año se va a pegar el cabrón, encima de ser el protagonista en la última película de Clint Eastwood también estrena “The Order” y “Nosferatu”. Pero bueno, volviendo al tema, la película comienza con el personaje de Nicholas Hoult, un joven formal, amable y educado, que vive en un barrio de clase media alta con su mujer, embaraza que se encuentra en el tercer trimestre de gestación y quién acompañó en su proceso de recuperación a nuestro protagonista, que superó sus problemas con el alcohol y rehízo su vida.

La película comienza de verdad cuando este es citado para ser jurado en un juicio en el que un hombre es acusado de haber matado a su mujer y se enfrenta a la cadena perpetua. El problema para el protagonista comienza cuando al grupo que conforma el jurado le enseñan las pruebas y la circunstancia del asesinato ya que, el protagonista se da cuenta que él mismo estuvo en el mismo bar en el que la pareja discutió, que cogió el coche minutos después de que ella saliese del bar y que, el cuerpo de la chica apareció al costado de la carretera justo en el mismo punto en el que él sin querer chocó contra algo, lo cual no pudo ver por la oscuridad de la noche y pensó que había sido un ciervo pero, ¿Y si no fue un ciervo contra lo que chocó?

En este film se nos plantea un juicio moral y ético en el que se enfrenta a la verdad con la justicia. Y siendo Eastwood un patriota americano este film tiene una doble lectura, ya que se estrenó casi al mismo tiempo que las pasadas elecciones en Estados Unidos.

Al fin y al cabo, si la verdad resulta ser que el protagonista ha matado a la chica, ¿sería justo que este fuese a la cárcel? Un hombre que ha rehecho su vida, que espera un hijo al cual se le jodería la vida si nace con un padre en la cárcel, ¿O es más justo que vaya a la cárcel el novio de la muerta, un camello maltratador y con antecedentes por robo?

Yo no voy a dar respuestas a este dilema, que cada uno escoja por si mismo si se pone del lado de “la verdad” o “la justicia”.

Centrándonos ahora en aspectos formales de la película podríamos decir que, al igual que la gran parte de la filmografía del director, esta película tiene una puesta en escena tremendamente clásica, prácticamente invisible en la que se cede toda la fuerza de la obra a la narración.

Que por cierto, hablando de la narración, llama la atención que el guion lo firma un tal Jonathan Abrams, un guionista debutante que se luce con su primer trabajo en la gran pantalla. Esto de todas formas, no es ninguna novedad, ya que Eastwood ha trabajado en varias ocasiones con guionistas noveles, ya que él cree en la historia por encima de que la persona que la escriba tenga una amplia trayectoria.

Por otro lado, destacan en esta película buenas actuaciones, como la de los ya reputados Toni Collete y J.K. Simmons, al igual que Chris Messina y Kiefer Shuterland, que al enterarse de que esta iba a ser la última película de Clint Eastwood le llamó suplicando aparecer en la misma aunque fuese haciendo un papel pequeño. Finalmente interpretó al mentor en alcohólicos anónimos de Nicholas Hoult. Así como dato curioso, la última película del director de “El Exorcista”, William Friedkin, que fue estrenada en 2023 en la televisión fue un telefilm judicial protagonizado por el propio Shuterland. ¿Casualidad?

Para finalizar, solo puedo decir que ya le gustaría a más de un director que yo sé, hacer una película tan sencilla, redonda y bien contada como esta.

No será una obra maestra, ni la mejor película de su carrera, pero Clint Eastwood deja el cine con mucha dignidad.

¡Hasta siempre, vaquero!

Lo mejor: El guion.

Lo peor: las justificaciones de los que componen el jurado.

Te gustará si te gustó: “The Caine Mutiny Court-Martial” (2023) Dir. William Friedkin

Nota: